Menco

viernes, 11 de septiembre de 2009

Messi -10




Nueva derrota de la selección nacional
Messi -10
Argentina cayó nuevamente en las eliminatorias, en esta oportunidad su rival fue Brasil, que la venció por 3 a 1 y puso más dudas en torno a la clasificación para Sudáfrica 2010


Si bien el equipo sigue sin aparecer y los resultados son cada vez más lejanos, las miradas se posan en el astro del fútbol mundial, Leonel Messi, que sigue sin ser el mismo que es cuando se pone la camiseta del Barça. Las dudas que encierran al seleccionado local parecen agigantarse a medida que siguen pasando las fechas de las eliminatorias. Porque Maradona no encuentra el equipo, porque se sigue perdiendo tiempo en cuestiones menos importantes (como el cambio de sede), porque inevitablemente los jugadores buscan respuestas afuera, al no encontrarlas adentro del rectángulo de juego, y porque más allá de todo, "la gran promesa" de Argentina sigue sin demostrar por qué es lo que es y por qué llegó a ser el mejor jugador del mundo UEFA.
Más allá del catastrófico 1-3 frente a Brasil hay que mirar lo que viene, porque no se perdieron sólo 3 puntos, se perdió el prestigio, el respeto, el fútbol, la identidad. Un claro reflejo es lo que pasa en el torneo local en donde River y Boca no son lo que eran hace 10 años, porque Lanús, Vélez y Tigre hacen campañas inolvidables y bajo el simple sistema de "hacer las cosas bien" emparejan lo que tantos intentan acrecentar con dinero. Porque hoy el dinero mueve todo y porque no todo se mueve con dinero. Porque un jugador de 50 millones de euros puede hacer cosas que un pibe de $ 3.000 por mes tranquilamente podría igualar. Porque inevitablemente ya no se habla tanto del fútbol, como sistema de juego, sino del entorno que lo rodea, que es el que más cotiza en la bolsa de la opinión pública.
Pero más allá de las idas y vueltas, de los pros y contras, se jugó un partido trascendental para la clasificación al próximo mundia
En lo que refiere a lo extrafutbolístico, está la bendita "presión" de la hinchada. La misma que Brasil pareció no sentir, pero que sí les jugó en contra a los players de Maradona que, si bien no mostraron respuestas futbolísticas, sí demostraron que la desesperación y la ansiedad de la gente fue como un jugador más con la verdeamarella. Quien sintió mucho más esa presión fue el pequeño gigante Messi. La misma que viene sintiendo hace mucho tiempo por ser el jugador estrella de la selección, el futuro argentino y el de mejor presente inclusive. Esa que deberá día a día ir absorbiendo y tratando de que no lo afecte.
Pero, la cita ya estaba planteada... aunque el lugar, no. Luego de los justificados (o no) "caprichos" de Diego y sus jugadores, se cambió la sede y se jugó en el Gigante de Arroyito. La idea era meterle presión a los brasileños. Sí, a los mismos que se desempeñan en ligas tan grandes, como poderosas y competitivas; los mismos que cargan en sus espaldas el orgullo de tener en sus vitrinas 5 copas mundiales; los mismos que vienen de ganar la Copa Confederaciones y los mismos que demostraron en muchas ocasiones que aunque tengan 75.000 personas "juegan fútbol".
El juego de los visitantes no fue lujoso como supo ser en eliminatorias o mundiales pasados. Brasil demostró, en estos últimos años, que juega simple pero efectivo. Dos centrales altos de buen juego aéreo, dos volantes centrales metedores y de buen pie, un excelente Kaká muy frío y calculador y un Luis Fabiano encendido que, tanto dentro como fuera del área, no perdona. El error de Maradona estuvo en no lograr parar un equipo que contrarreste las virtudes de los dirigidos por Dunga. Faltó juego aéreo en las dos áreas, un cinco más metedor que ayude a Mascherano en la recuperación, dos laterales más rápidos y con más ida y vuelta, un jugador que la tenga, distribuye y organice y un esquema que le saque la presión a un Messi que sigue sin poder demostrar todo lo que sabe. Esa presión que tanto Diego +10, deberán aliviar.

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